Si las brujas de Uxue trasmitían el poder a la última mujer que tomaba su mano antes de expirar, así esta nueva joya que edita y escribe, junto a otros, Satur Napal prolonga en sus páginas un mundo que desapareció hace medio siglo en nuestros pueblos, el cosmos que mamaron nuestros progenitores, una idea de entender la vida de forma austera pero alegre, pobre y libre, aislada empero solidaria. “Los corrales de Ujué y la vida de antaño. Santa María de la Oliveta”, de editorial Evidencia Médica, no es un libro cualquiera, es todo un ejercicio de investigación etnográfica del adn de la navarra rural de la que somos herederos.
Hace solo unos meses, coincidiendo con la romerías al Santuario de la virgen morenica, Napal y Raquel Ruiz Baños sacaron “Ujué, historia y devoción”, una obra de factura modesta, con fotos en blanco y negro, que incluyó un capítulo revelación sobre cómo era la vida en los antiguos caseríos que en la villa uxuetarra llaman “corrales”.
Tan agradecida fue la referencia que ahora el autor y editor, también junto a Raquel Ruiz, y la colaboración de Juan José Lacosta y el escritor Gaudencio Remón, regresa al mundo de los corrales para dedicarle todo un tomo.
La obra, también sencilla en edición, guarda el secreto grande de enganchar al lector con sus ancestros, aunque no sea necesariamente paisano de quienes habitaron alrededor de 250 casas dispersas por el extenso término municipal de Ujué, uno de los mayores de Navarra.
Las páginas que se han trabajado Napal y Ruiz a costa de entrevistar a los vecinos de más edad rezuman un vocabulario antiguo y bonito que, por ejemplo, llama “charada” a la hoguera y se adentra en un modo de vida espartano, de autosuficiencia agrícola y ganadera, en un paraje alejado de la villa a la que a penas se acudía para ir a misa el domingo o negociar la venta de los frutos del campo en la tarberna.
Un libro que retrata gente dura, que podía llegar a morir en el caserío sin que se enteraran los vecinos hasta días después, un mundo que caminaba durante hora y media para llegar al pueblo, “toda una lección de austeridad y de sacrificio que cobra valor en estos tiempos a los que tener dos coches en casa, en lugar de tres, le llamamos crisis”, tal y como prologa Fermín Hualde.
El libro recopila fotografías de muchas casas, dibuja antiguos hornos en los que se fabricaba aceite de enebro en la Erlosiana (hoy Rusiana), navega por el Aragón con los almadieros roncaleses y la barca del “Cuadrao”, recuerda las almas que se tragó el pozo de Ildefonso, entrevista a los últimos moradores de los corrales y se detiene un capítulo en la finca de La Oliveta, cercana a Murillo el Fruto, y a la cual tiene especial deferencia el editor.
En fin, una gozada de libro que fluye por la savia de nuestros antepasados, de los nacidos en Uxue y de los que no, porque quien lee estas páginas ve en ellas a sus padres y abuelos, rememora una vida sencilla y libre que cuesta creer que se apagó ayer. “Los corrales de Ujué ...” se presenta el próximo día 15, a las 20,00 horas, en el Nuevo Casino de Pamplona.
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