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Germán
Rodríguez y el sociólogo recientemente desaparecido Mario Gaviria son los dos
únicos personajes reales que aparecen en esta novela, en la que los
protagonistas asisten a los tres primeros días de aquellos Sanfermines rotos de
forma abrupta que se retomaron en San Fermín Txikito o de Aldapa, de ahí el
nombre.
El autor
navega por los principales hitos de la fiesta, de la procesión de día 7 al
encierro, y advierte del contexto político tenso que se vivía en la transición,
con demanda de amnistía para los presos a la vez que se redactaba una nueva
Constitución, y como los Sanfermines vencían, solo aparentemente, este pulso a
favor de la juerga.
No fue así
y, como se sabe, la intervención policial, aún no investigada a fondo, desató
una refriega en la que se llegaron a contabilizar en solo una tarde noche hasta
cien disparos de los antidisturbios con armas de fuego, uno de los cuales
impactó en mitad de la frente del militante de LKI Germán Rodríguez.
Aquellas
fiestas, que duraron del 6 al 8 de julio, son vividas con distintas perspectivas
por los protagonistas, un trabajo de narración que costó al autor los últimos
siete años de su vida y que se ha presentado, finalmente, en el 40 aniversario
de aquellos sucesos en los que los últimos coletazos de la dictadura mancharon
de negro el blanco y rojo sanferminero.
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