El libro se detiene varias veces en el papel que desempeñó en Navarra el carlismo exaltado, encarnado en su formación paramilitar del Requeté. Pone nombres a los principales conspiradores, cuenta sus viajes de formación a la Italia del fascista Mussolini, la ayuda económica y en armamento que recibieron cuando la República estaba todavía en pañales.
“Hagamos surgir un mar rojo de boinas encarnadas en sangre de traidores, para que sobre él pase arrogante la barquilla de la Tradición”, escupía la revista “a.e.t” que el estudiante Jaime del Burgo sacaba desde el Círculo Carlista de la Plaza del Cartillo y que contaba, entre otros, con la complacencia del clero integrista de la “junta sacerdotal del Requeté”, que dirigía Jesús Yánez, cura de Caparroso, localidad en la que se creó una fábrica clandestina de bombas de mano que se escondían en la cercana Traibuenas.
El libro también repasa otras formaciones violentas como Falange, que desde su inició divulgaba una “pedagogía de la pistola”. Recoge testimonios como el del pamplonés García Serrano en el que justifica su ideario filo nazi: "Uno se explica todo cuando dispara el primer tiro", llega a decir el autor de libros como “Las vacas de Olite” o “Plaza del Castillo”.
González Calleja destaca que el ideario violento ultraderechista propagó su radical mensaje desde el minutó uno a la proclamación del régimen republicano. Recoge, por ejemplo, que tres días después del 14 de abril de 1931, el cura tradicionalista Vicente Torres Espejo clamaba desde el diario “El Cruzado Español” por el derrocamiento violento del nuevo régimen. Pedía a las “milicias de Cristo” que “el que sea apto para manejar el fusil, esté prevenido para acudir a la defensa de su Santa Causa al primer toque de clarín”.
La España de los años treinta "se convirtió en la época dorada de la extrema derecha española". El fracaso de los monárquicos se contrapuso con el ascenso progresivo de los fascismos entre 1931 y 1933. En ese periodo, tres partidos irrumpieron en el panorama político español, el Partido Nacionalista Español, las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS) y Falange. Inspirados en el fascismo italiano, trajeron a las derechas españolas un nuevo sistema de actuación política basado en la violencia.
Desde ese año y favorecido por un vocabulario militarista y violento en la política, se produjo una escalada de la violencia en las calles que alcanzó cotas muy elevadas en 1936. Entonces la situación era ya irreversible y España se encaminó a una guerra civil en la que las mismas fuerzas aglutinadas en la CEDA tuvieron un papel fundamental.
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